Raúl Zurita |
Todo ha sido consumado
Hay un barco en el medio del desierto. Nadie
diría que esto puede ser, pero hay un barco
herrumbroso y negro reclinado en el desierto.
El puerto reseco grita, el mar de piedras grita azotado
por el viento. Mireya le pone flores a la tripulación
de un barco herrumbroso y negro. Cada flor tiene
un nombre y se doblan al unísono como pañuelos
despidiéndolo. Mireya dice que hay un barco de
desaparecidos arrumbando en el desierto. Dice que el
barco es Chile, que una vez fue un barco de vivos,
pero ahora surca el mar de piedras con sus hijos
muertos.
Las flores se doblan. Oleadas y oleadas de piedras
chocan contra los bordes de un casco herrumbroso.
Hay un puerto reseco y un barco con una tripulación
de muertos encallado en el desierto. Mireya dice que
son sus hijos. El mar de piedras grita.
Chile naufraga en el pedrerío reseco de las olas.
No habrá nada. Ningún sueño en el sueño
ni en la muerte, sólo tu amor arrojándose
por la borda como si las olas de un océano
desconocido te llamaran.
No habrá un muro, sólo el duro borde del
hielo y un dios sin perdón sepultado en
los témpanos.
No habrá nombres. Tampoco un nombre
para tu nombre ni tu vida. Barcos usados
como jaulas de hombres congelados en la
bahía, en fin, tipos mandados al matadero
por nada.
Nada ni nadie será el alba.
No habrá sumas ni oraciones ni túmulos,
solo el gasto inútil de irse entre gritos,
otros hombres golpearán a otros hombres y será igual. Reaparecerás en los glaciares.
Carnes congeladas colgando en los
frigoríficos, hombres, torsos, caras,
muecas...
Colgadas de los ganchos igual que
animales antes de ser despostados;
las vetas blancas de la grasa como
nubes contra el rojo de la carne, el
cuello trunco, los muñones de las
patas, las formas casi humanas de
las reses.
Y al final el Infierno: bodegas de
barcos tiradas sobre los témpanos
Tiradas en el hielo igual que destripadas panzas las
carcasas del Lebu y del Maipo se iban borrando bajo la helada
Allí donde los glaciares se abren y es como un cuchillo
la noche hundiendo su filo entre los témpanos aguzada
dura partiendo las congeladas olas
Recortando los desmantelados cargueros las reventadas
bodegas las jaulas de hombres del Maipo y del Lebu
despanzurradas sobre los glaciares Cuando se escarchó
la noche y los solidificados murallones del Pacífico se
estrecharon allí donde es una nevada el mar y el otro mar
asesinado nos mira infinito congelado cubriéndonos
De "Zurita" (2007)
Raúl Zurita es un poeta chileno. En su obra poética podemos encontrar: Anteparaíso (1982), Purgatorio (1979), INRI (2003), Zurita (2007), Un mar de piedras (2018), Las ciudades de agua (2007), Canto a su amor desaparecido (1985), El día más blanco (1999), Cuadernos de guerra (2009), Tu vida rompiéndose (2015), Verás cielos en fuga (2019), entre otros. Ganador del Premio Nacional de Literatura 2000, Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2016 y del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2020.
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