sábado, 29 de agosto de 2020

Susana Ada Villalba - Cuatro poemas

 

Susana Ada Villalba


La pantera

Matar al animal
requiere un animal
sin sombra.
Vas caminando por un monte
o te parece, no sabés dónde estás;
creés que lo sabías
cuando llegaste.
Ese negro
bien puede ser una pantera
o mujer,
no te das cuenta.
La mirada salvaje te gusta,
no, te calienta.
No, te mira
como quien no comprende
dónde está.
Ya estás perdida,
tendrías que llevarla a tu casa
pero sabés cómo termina:
un animal herido
siempre ataca.
Tendrías que matarla,
ahora,
antes de que sea tarde
o por piedad.
Pero esa mirada es una trampa,
si es pantera
sabe matar mejor
que vos.
Nadie sabe tu nombre
aquí
y ahora él
o mujer te da la espalda.
Pensás en un Remington
liviano
de distancia corta.
Pero nadie escucharía,
Red Hot los distrae,
a vos también.
Y no se mata por la espalda,
lo viste en las películas
o creés en eso.
Matar
es otra cosa.
Ahora te mira y ya sabés,
vas a llevarla a tu casa.
Está tocado por la gracia,
está a la vista
 
o vos lo ves, no estás segura,
o tiene algo
que creés comprender.
Y sin embargo
sabés cómo termina:
no sabés cómo
te hirió si te quería.
No querés acercarte,
te mira como miran los gatos
cerrando los ojos.
Se apoya en la barra
frente a vos,
los dos están perdidos.
Pensás en el Remington,
nunca tuviste uno.
Matar es otra cosa.
Nadie parece comprenderlo,
el negro tampoco pero ve
que tenés un cigarrillo
en la mano
y otro ardiendo
en el cenicero;
se acerca y lo fuma.
Estás perdida,
creés saber cómo termina
y volvés a equivocarte,
apaga el cigarrillo
y se va.
Ahora nadie
se parece a tu deseo.
Y es que no se parecía.
Una pantera perdida
en su memoria
o forma de mirar
o lo que fuera
que no vas a saber.
Tomás un taxi pensando
demasiada belleza no es el móvil,
es la coartada.
Para matar a una pantera
hay que cerrar los ojos.
 
De "Para matar un animal" (1995)
 
Sé que mi petición es precipitada

yo
yo y mí
yo y mi cuerpo fuimos a esa fiesta
yo bailé
hermoso rico y poderoso rozaba mi cuerpo
mi betty boop mi reina mi descalza
mi nombre es yonimeri yo también
fuego furia ¿fumás? fuimos a su casa
estás mojada no sé no hemos sido presentados
sumergidos suma de noches estera estambres estaba aterrorizada
profeta centinela sentí un automóvil rojo rubio el tabaco
su espalda fuerte trepaba mi caída infinitos funestos cafés
piedras para dormir me acompañaba a casa y olvidé decírselo
las palabras son monedas clavadas a la tierra
historias de susy siempre lo he sabido
cómo explicarte hubiese cupido calendario
perdida en los andenes al día siguiente mi cuerpo caía de un piso 29
olvidé decirle que siempre nadie y yo nunca los amores cobardes
lloraba no llegan porque los hombre etcétera
él era despiadado todo un hombre quemado de belleza
mi cuerpo gemía como un gato y lo envidé pero yo nunca
me meto en sus asuntos
dijo tu piel mi nena dame no sé qué cosa qué llave del infierno
yo hubiese declarado desplegado y estrenado un novio
hubiese dicho a mis amigas entrado en cualquier bar
hubiese hubiese vino que me matara
habráse visto tan chiquita y calentando bancos en la plaza
ay corazón si te fueras de madre
siempre la pena entre la pena y la nada
mi cuerpo roto pegado a lo sumido curioso rito de cucharas en la mesa
sobre la mesa en la ducha él era el agua y me frotaba belladonna
dame en el centro de lo que siempre habla el espejo la sombra
del deseo era lacan sentado en mi escritorio
ah para su estudio oh para su análisis acabar era ver
mi cuerpo demasiado tarde dónde estuviste le decía
ay si supieras corazón ser látigo y dormir

de Susy, secretos del corazón (1986)

 
Muñeca (Fragmento)

Corazón en torno
al huso,
hechizo de entenada
que urde un sueño.
En la línea de la mano
la escritura
es un destino.
La cicatriz
es una trama que imagina
reparar
la maldición de su torpeza.
Se cree ausente
en una fiesta
invitada como ausente.
La fiesta no existía.
Vuelve una y otra
vez
donde la trama ha quedado
desprolija.
Se armaba una casa
detrás de la casa,
entre las ramas del ciruelo.
Toda la tarde era la cremonia
del té
para poder permanecer
en el lugar.
Si no habla
no puede detener la tempestad,
tampoco la desata.
Si el cuerpo arma una casa
en la espesura
podrá defender a sus muñecas.
No es que algo acechaba,
 
estaba al descubierto.
Los dioses eran tristes
en la infancia,
la virgen tallada torpemente
anunciada
con altoparlante
y wincofón.
Tormentas
como quien dice
un dolor ético
por lo que no llegaba a ser
una tragedia
soberbia.
Vuelve una y otra vez
al lugar de ningún crimen.
Al fin y al cabo
-se dice el venado-
el jaguar me desea.
Fugas
que encubren la fuga
verdadera.
En bicicleta,
en cuclillas,
con los ojos
cerrados o abiertos.
Si no escucha
podrá entender qué dicen
las mñecas:
Te quiero mucho,
tengo sueño.
Ni siquiera
lograba ser autista grave
o con graves problemas
de conducta.
Apenas heridas
 
provocadas
por una torpeza sospechosa.
No podía evitar
tener amigos,
fiestas, como quien dice
un dolor estético
por lo que no llegaba
a ser siquiera
horrible.
Elegir la verdad
en lugar de consecuencias.
Siempre era demasiado
inteligente
para un fracaso perfecto.
Y aún así
no lograba senir suficiente
traición
a su corazón entenado.
seguía un destino
sin comprender su lógica.
Una batalla
a la medida de sus manos.
En el cuarto de las bicicletas
tomaba la pluma
sin saber
de qué hablaba.
O agazapada
en su inocencia
acechaba una verdad
que esperaba más cuerpo
que pudiera soportar
las consecuencias.
Lo que no puede soportar
es la infancia que imagina
perdida
 
en otro corazón en bambalinas.
Otra soledad que la sitiaba.
Silencio
por lo que no lograba
ser tormenta
bellamente dicha.
Bello camina el jaguar
como quien ha matado.

 
De Caminatas (1999)
 

La piedra
 
sostener en silencio
como amar
es un arte
¿existiría el mar
si no lo contuviera?
me derrota
algo intangible
como el agua
su transparencia
 
¿si no me enfrentara
existiría el mar?
 
soñar sin perderse
es un arte
 
a veces una roca
se estremece contra la orilla
perdida
hasta lo irreductible
se amalgama
amar es eso
y te sorprende
un filón de topacio
en el porfirio
 
entonces qué creías
que es el oro
sino la cicatriz
es infinita
la ruptura
los bordes
son difusos
todo es fragmento
polvo del sentido
 
de las piedras
 
si mi amor es eterno
también la soledad
incorruptible
 
gravitando en el espacio
de la separación
sostenida de mí
no estoy quieta
todo me atrae por igual
el cielo es una pampa
el imán de la estrella
es su distancia
 
soy intrínseca
el arte de estar
quieta
es dar el corazón
al movimiento
 
silba el viento
un eco
de lo que ya anunciaba
mi desprendimiento
¿cantaría el agua
si no me atravesara?
 
agazapada en mí
espero
otro momento de la tierra:
una temperatura del amor
que funda hasta las piedras
 
De "La Bestia Ser" (2019) 

POETA - DRAMATURGA – CRÍTICA TEATRAL Y GESTORA CULTURAL.
POESÍA: Recibió la Beca Guggenheim 2011 (en Poesía); el 2do Premio Municipal de
Buenos Aires 2004/5 (Poesía édita); y el Primer Premio Nacional de Poesía 2015/2018.
Tiene siete libros de poesía publicados. Entre ellos, Susy, secretos del corazón ha sido
recientemente reeditado en Argentina; Matar un animal ha sido editado en España,
Costa Rica y Venezuela y reeditado en Argentina; un fragmento de Plegarias fue
editado en Nueva York. En 2020 se publica en el país su novela poética La luna en
harapos. Es Asesora Artística de la Dirección del Libro, Bibliotecas y Promoción de la
Lectura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Diseñó y condujo un programa
radial de Poesía en la Página WEB de la Biblioteca Nacional. Pertenece al Consejo de
Redacción de la revista de poesía Último Reino. Anteriormente, creó y dirigió la Casa
de la Poesía de la Ciudad (1999) y la Casa Nacional de la Poesía (2000) y los Festivales
Internacionales de Poesía de dichas instituciones. Dictó talleres literarios en la Facultad
de Letras de la Universidad de Buenos Aires (1997); dictó diversos talleres de Cine y
Literatura y de Poesía y Fotografía, conjuntamente con profesionales de Cine y de
Fotografía. Integra diversas antologías argentinas e internacionales. Asistió a numerosos
festivales internacionales, recientemente el FIPLIMA, en Perú (2012), el Multilingual
New York Poetry Festival (2014) y el Festival de Madrid (POEMAD 2015).
TEATRO: Dicta la materia Poesía y Dramaturgia para la Maestría en Dramaturgia de la
Universidad Nacional de Artes. Realiza crítica teatral en la Revista Ñ y fue jurado de los
Premios Clarín. Condujo el programa de Entrevistas a directores teatrales en Canal
Ciudad (2006-2007). Cursó Dramaturgia en E.M.A.D. (2003-2004) y Posgrado en
Teatro de Objeto, Interactividad y Nuevos Medios en U.N.A. (2012-13). También cursó
Puesta en Escena y Dirección de actores con Luciano Suardi (2010); Seminario de
Dirección con Laurent Berger (2011). Escribió y dirigió: Corazón de cabeza
seleccionada en el concurso Historia(s) del C.C.R.Rojas, donde fue representada; luego
publicada por el I.N.T.; Feria americana, Intervención en el C.C.E.B.A. sobre clásicos
españoles; Obsidiana, para el Espectáculo Bestiario Grimm, en el C.C.R.Rojas; La
muerte de la primogénita, en el C.C.R.Rojas, dentro del proyecto La ira de Dios.
Escribió La voz de la luz, Mención de Honor del F.N.A. y Mi noche ideal,
preseleccionada en el concurso de Teatro Haroldo Conti. Realizó diversas performances
con video y objetos, entre ellas Formatos de Julietas, en Haroldo Conti, y La voz de las
piedras, en FASE, en C.C. Recoleta.

martes, 25 de agosto de 2020

Jacobo Fijman - Siete poemas

 

Jacobo Fijman



Poema V


Yo estaba muerto bajo los grandes soles, bajo los grandes soles 
                                                                                             /fríos. 
A través de mi llanto 
oigo el agrio sudor de la precocidad. 
Yo vuelvo sobre un musgo 
y las ciudades crecen a la aventura hasta la noche del estupor. 
Miseria. 
Dios pesa. 
Me llaman vientos de mar.
Van y vienen en grandes cambios; se alargan en saltos irritados 
que apagan mi temblor, que exasperan los sueños. 
Jamás podré seguir.  
Yo me veo colgado como un cristo amarillo sobre los vidrios 

                                                                       / pálidos del mundo. 



Poema XII


                    Yo quería jugar
                    Estaba el signo de mi naturaleza plena de llanto y proyección
                                                                                               /severa.
                    Bajo mi oscuridad, y avanzo entre mis brazos con una estrella
                                                                                                        /niña
                    Soplan olores de banderas frías
                    y resuenan tambores de infancia
                    en el mismo silencio, bajo la misma estrella.

                    Viene a mi carne allende las transparencias.
                    Rodeo la luz fresca.

                    Ánimos de pavor yacen en mis profundas soledades:
                    No es el mismo silencio, no es la misma estrella.

                    Arranco vísperas de muros inclinados,
                    y más allá de todo se mueve el brillo opaco de la agonía.


De "Hecho de estampas" (1930)


Canto del Cisne

                       Demencia:
                     el camino más alto y más desierto.

                       Oficio de las máscaras absurdas; pero tan humanas.
                   Roncan los extravíos;
                   tosen las muecas
                   y descargan sus golpeas
                   afónicas lamentaciones.

                       Semblantes inflamados;
                   dilatación vidriosa de los ojos
                   en el camino más alto y más desierto.

                       Se erizan los cabellos del espanto.

                       La mucha luz alaba su inocencia.

                       El patio del hospicio es como un banco
                   a lo largo del muro.

                       Cuerdas de los silencios más eternos.

                   Me hago la señal de la cruz a pesar de ser judío.

                       ¿A quién llamar?
                   ¿A quién llamar desde el camino
                   tan alto y tan desierto?

                       Se acerca Dios en pilchas de loquero
                   y ahorca mi gañote
                   con sus enormes manos sarmentosas;
                   y mi canto se enrosca en el desierto.

                       ¡Piedad!


  

Subcristal


     Zarpas monótonas 
amarillentas de las horas 
de Otoño, 
en las cifras muy lentas de mi hastío. 

    Tonalidades; 
respuestas y llamadas de motivos 
en una discordancia de apariencias. 
Brilla el cristal de mi locura. 
Efervescencias bruscas; 
ojos endemoniados de un molino 
junto al enorme zueco 
de una carreta que relincha. 

    Cascan mis dientes piedras de blasfemia. 



Mortaja


    Por dentro; 
atrás el rostro. 
¡El pasado aniquila! 
    ¡Es en vano que encuentre una herradura 
en el estanque turbio de mi imaginación! 
    El árbol ha cubierto de palomas 
mi soledad; pero es en vano. 
    Desnudo 
siempre estoy como una llanura. 
    Para buscar un cerro 
miro las multitudes. 
Estoy siempre desnudo y blanco; 
Lázaro vestido 
de novio; 
una mortaja viva 
entre el ayer eterno 
y el eterno mañana; 
una mortaja viva 

que llora en mi garganta. 


De "Molino rojo" (1926)



XV



Ama tu alma mi alma, paz de los días, paz de las noches 
                                           /nacidas en los espantos de muertes, 
y en los gozos de muerte y esperanza de muerte. 
Amor, Amor, Amor, 
tu alma canta dolor de carne, dolor de vida, pavor de muerte 
bajo los cielos llovidos de esperanza. 

Amor, Amor, Amor, 
viste tu desnudez el agua capaz de las criaturas. 
  



IX



Agua del día y agua de la noche, oración de mi día y de mi 
                                                                                          /noche. 
Crecen en la oración, 
y alumbra el tiempo levantado de albas. 

Gracia del siervo que escuchó los cielos;
 niño en la luz y con la luz y por la luz de Cristo. 
Resplandece en sus manos los días y las noches, los días 
                                              /escondidos, las noches escondidas. 
Vienen los soles escondidos en la criatura llena de muertes; 
árbol crecido en oración donde paran los días y las noches
                                                                  /revestidos de gracia. 

El agua llena de luz y canción escondida. 
El agua llena de cielos y silencio de días con sus noches. 
El agua pura de adoración lava la muerte de tu ojo bajo los  
                                                                                          /cielos. 

 


De "Estrella de la mañana" (1931)




Jacobo Fijman (1898-1970) fue un poeta argentino. En su obra poética podemos encontrar: Molino rojo (1926), Hecho de estampas (1930) y Estrella de la mañana (1931). 


Jotaele Andrade - Cuatro poemas

  Jotaele Andrade  III y ahora es hora de saber  qué es el factor equis  dije  cuando crucé a mi padre  y padre  le dije  qué es el equis fa...