Amelia Biagioni |
Bosque
Mi sombra
mi pasión
mi razón
mi relámpago
me dijeron
que hay en el universo cuatro hambres.
Mis hambres
me gritaron
que el universo no se calma con gemidos
sino con actos.
Mis actos
me mostraron
que el universo es el oscuro claro andante bosque
donde todo movimiento es cacería.
De mi boca brota un bramido de los soles.Orión recién despedazadosopla el cuerno de cazahalalíque reverbera en astronaves y galaxias.En flecha en selva y en turbinacon ansia blanca y negralas estirpesdel polvo al ángeldevorándose comulgándosepersiguen la persecuciónhalcón azor amor neblí radarpara alcanzarme límpidas a Míque soy el Cazador.
Oculto en el follaje que pinto vive el reino.Celebrando simétricossin máscaras ni sombrasdentro del círculosobre su esmalte cautivantedibujamos con baile señaladoel dual desnudo manso vuelo del primerpensamiento en acorde o alterna melodíalos medidos senderosel rito blancola dorada sumisiónel pálido emblema de la vida infinita.Somos la leve primordial parejaque gira transparentepor el diagrama infusopor el jardín escritoque los celestes bandos rondany el ojo eterno guarda,apacentando la inocencianombrando sin dudarlas tersas piedras flores y animales.Ondulando retráctil anillándonosla vida breve nos conducecon mudanzas improvisadashasta la alcoba de amapolas y amarantosbajo el rojo fulgor del cedro séneca.Nunca tendrá la rosa púrpuralas mariposas ni los nombres respiradosni el vórtice de pétalosni el axioma de fuegoque nosotros creandola más profunda y asombrosa flor.Todavía abrazadosdenso de órfica noche nuestro cuerpo bifrontenos damos la mirada azulque es salto hacia la identidad.Y descubrimos el hondo mandalasu esfera amante sin orillaoh Corola del sueño realoh reino donde todo reinadonde somosla quietud columpiándoseun pájaro ibis tórtola oropéndola quetzalvolando en el origenlas exhaladas sendas polifónicasdel unísono trébolla espesura gorjeoel verticilo río de ayantes aleluyasel rayo paulatino abriendobayas magnolias tigres lenguasy zodiacales ojoslos múltiples edenes porveniressus esfinges guirnaldas y bestiariosla nervadura de la pasión sin fin en arpas.Todo contempla al cíclico dragónque es la panteraque es el unicornioque es la gacelaque es el cíclico simorgtodo es arrullo ardiendoque se amamanta y se devora majestuosoverde es el fondo de la hoguera.Y nuestro reino en la vigilia se deshoja.
La noche estrellada
Mujer en otra celda otra ciudaddesconocida míalastimadura como yo:En esta centelleante compasiónprofundamente despertemos juntosen el fondo del acto azuldonde se aman los astros.Mira, es nuestra su sinfonía de torbellinos.Reunidos en la altura del esplendorentre generaciones de profecías y poemas,en oleaje inspirado transpasándonoshasta ser el latido de la comba de lumbre,sobre el drama de sombras ira crimen llantomanamos tregua y fiesta.Mira el valle:Por nuestra cósmica pasiónde la entraña del miedocon ademán de inmenso prójimosurge brillando anónimo el héroe innumerableen sus hogueras cantan invisibles artistasla inocencia cubre la culpay la agonía enseña a sonreír.Nuestra ventura en apogeo crece tantoque sobrepasa la vorágine del salmo fulgurantey tan orante ejerce su realezaque tu silencio expandela terrible caridad y hermosuray mis manos producen almay la cara de mi íntimo enemigose pierde en mi espejo infinito.En esta noche imparamándonos desamparados por murallasagrandamos el firmamento.
De "Las estaciones de Van Gogh" (1984)
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